El edificio que alberga el restaurante Can Manel ya es un proyecto de futuro. Quonia y la familia Domènech (propietarios del restaurante Can Manel) han decidido, de mutuo acuerdo, darle un impulso a uno de los últimos vestigios del barrio de La Barceloneta. La familia que hasta ahora ha regentado el restaurante buscaba una salida satisfactoria para poner punto y final a su negocio, uno de los míticos restaurantes de la zona.

El acuerdo en el que han estado trabajando las dos partes, por un importe de 825.000 euros, incluye la resolución de los diversos contratos de alquiler, vinculados a los locales y las viviendas del inmueble; y la adquisición de las licencias de actividad del restaurante y la terraza del local.

A partir de finales de octubre, Quonia podrá disponer de la totalidad de los espacios y empezar así su plan de rehabilitación integral del edificio. El proyecto respetará la arquitectura del edificio, que tiene un alto valor histórico, y el carácter de los inmuebles originales del barrio de La Barceloneta. La compañía aún está valorando varias propuestas para la planta baja, pero ya está definido que el resto del inmueble mantendrá el uso residencial.